A punto de partir para Londres, donde dará comienzo el próximo sábado la edición 2007 del Tour de Francia, Carlos Sastre ha comparecido ante los medios de comunicación abulenses en rueda de prensa celebrada en el Hotel Cuatro Postes en la tarde de hoy. En el transcurso de la misma, ha manifestado sus impresiones de cómo ve la que será su séptima participación en la ronda francesa.

El gran objetivo del ciclista este año es la victoria en el Tour de Francia, prueba a la que llega con “motivación”. Su equipo, el CSC, está preparado y ha entrenado para ayudar a Sastre, quien confía en sus compañeros y “ellos en mí”, dice el corredor, a quien se le presenta “una oportunidad bonita para hacer algo”.

El rol de Carlos Sastre en esta ocasión “cambia mucho”. “Antes iba con libertad, pero supeditado a un jefe de filas, te entregabas al cien por cien. Ahora la responsabilidad es mayor y este año me siendo capacitado para hacer un trabajo con garantías”, dice.

Tour equilibrado

Sobre el recorrido de este Tour, Sastre opina que “es un Tour equilibrado con dos contrarrelojes largas y la montaña suficiente para romper la carrera”. Respecto a otras ediciones, “se han suprimido las etapas de media montaña” y la primera parte de la carrera está caracterizada por “etapas llanas que se disputarán al sprint, salvo quizá la cuarta que tiene varios tramos de pavés en Bélgica”.

En cuanto a las etapas de montaña, pasan como es costumbre por los Pirineos y los Alpes. En la cordillera alpina, Carlos Sastre señala como una etapa dura, la octava, que finaliza en Tignes y que tiene dos puertos que son novedad en la ronda gala. “Es una etapa corta, de 165 kilómetros, con un primer puerto duro, el Roselend, de 22 kilómetros, y luego otro puerto, el Hauteville, que aunque es largo no es duro, seguido de una bajada técnica y peligrosa, antes de afrontar la subida al Tignes, donde finaliza la etapa”, explica Sastre. Al día siguiente, el pelotón se enfrenta a una etapa clásica, Val d’Isere-Briançon, en la que hay que ascender a los conocidos Galibier y Telegraph.

Pero para el corredor abulense, “el Tour se va a decidir en los Pirineos”, señalando como etapa más dura la que termina en el col d’Aubisque, “con puertos del 8 por 100 de media, de entre 15 y 20 kilómétros, que van a marcar el Tour”. En su recorrido se encuentra un puerto fuera de categoría, el Larrau, pasando después por uno de primera, Pierre St-Martin, antes de subir al mítico Aubisque.

En cuanto a las cronos, la de Albi, de 54 kilómetros, “no es llana y me beneficia”, pese a que el ciclista del CSC reconoce sus limitaciones en esta modalidad, en la que ha ido mejorando gracias a los entrenamientos específicos. En la penúltima jornada, se disputa una contrarreloj de distancia similar (55 kilómetros) entre Cognac y Angoulême, que será la última oportunidad para colocarse en la general, antes del paseo final por los Campos Elíseos.

No señala Carlos Sastre ningún favorito para ganar en París. “Se verá según vaya la carrera. El Tour va a ser el rival, luego la carretera será quien dicte sentencia”, explica.

Respecto al trabajo realizado hasta ahora, Sastre comenta que “me costó recuperarme de la caída sufrida en Murcia y eso retrasó mi preparación”. “Cambié la Dauphine Liberé por la Vuelta a Suiza porque ésta tiene montaña dura y el período de competición es más corto, con fechas más cercanas al Tour, para llegar a él en mejores condiciones”. Las sensaciones del ciclista de cara al Tour “son buenas. Estoy tranquilo y relajado, con los deberes hechos”.

En contra de la carta antidopaje de la UCI

Para poder participar en el Tour, la organización de la carrera gala obliga a firmar el compromiso antidopaje de la Unión Ciclista Internacional (UCI), un documento que suscribirá Carlos Sastre en cuanto llegue a Londres junto a todos sus compañeros del CSC, pese a que al abulense no le gustaría hacerlo, pero si no lo firmase no podría estar presente en la ‘grande boucle’.

En relación con el dopaje, para el abulense “se mezclan demasiadas cosas que no benefician al ciclismo. Gastamos demasiado tiempo en dar explicaciones que no conducen a nada. La imagen no es la mejor de este deporte que a mí me ha dado más cosas positivas que negativas”. Se trata de que “todos tengamos igualdad de condiciones y no haya nadie con otras ayudas”, concluye.

Una vez que finalice el Tour, Sastre afrontará la Vuelta a España como siguiente objetivo, además de la Clásica de San Sebastián y el campeonato del mundo de fondo en carretera.